Cada Semana Santa, en el corazón de Las Encartaciones, la localidad de Balmaseda celebra su Pasión Viviente, la más antigua y conocida de Euskadi. Más de 700 vecinos participan en este famoso Vía Crucis Viviente que tiene como momento cumbre la escena de la crucifixión y que atrae cada año a miles de visitantes. Este Jueves y Viernes Santo el casco histórico de Balmaseda se transforma en el escenario donde se reproducirán las últimas horas de Cristo.
Jueves Santo, 28 de marzo
19:00 horas: Procesión de los pasos
Con salida en la plaza de San Severino, los pasos son acompañados por los romanos y los penitentes, que van encapuchados, descalzos y cargados con cruces. También interviene la Coral Kolitza y la banda de música Azkoaga.
21:30 horas: La Última Cena (representación), necesario comprar entrada
Durante una hora se desarrollarán las escenas del Concilio de los Sacerdotes, la Última Cena, la oración en el Huerto de los Olivos, el prendimiento de Jesús y el juicio ante los sacerdotes encabezados por Caifás
Viernes Santo
9:30 horas: Juicio ante Pilato, necesario comprar entrada
Se inicia con el ahorcamiento de Judas y continúa con el juicio de Jesús ante Poncio Pilato en el Pretorio. Escenas: flagelación de Jesús, liberación de Barrabás y el Ecce Homo, primera caída, encuentro con María Magdalena y con la Virgen María.
10:30 horas: Vía Crucis
Junto con los personajes y pasos del día anterior desfilan la Magdalena, la Virgen María, la Verónica, los Apóstoles y otra serie de personajes de la representación de la mañana. Se trata de un acto de gran vistosidad y dramatismo, en el que Jesús expira tras pronunciar sus últimas palabras; a continuación, es descendido y trasladado al sepulcro.
19:00 horas: Procesión del entierro
La calidad de los pasos y el estado sombrío de los personajes otorgan a esta procesión un ambiente de profunda tristeza y recogimiento.
21:30 horas: Procesión del silencio
La Guardia Romana escolta en un silencio sepulcral los pasos del Cristo del Cementerio y la Dolorosa hasta el cementerio, donde tras un breve responso se coloca el paso del Cristo en su ubicación habitual. Cientos de asistentes acompañan la procesión portando velas encendidas.